Alguna vez se han puesto a pensar en el ¿por qué me pasó esto? o en el ¿será cuestión del destino? Más allá de lo que pueda sucedernos a causa de factores externos, nuestra vida se desarrolla en gran parte gracias a las decisiones que tomamos y a la capacidad de motivarnos por nosotros mismos para seguir avanzando.
Para Pablo Maella, Colaborador Científico del Departamento de Dirección de Personas en las Organizaciones, IESE Business School – Universidad de Navarra, la motivación es la disposición personal para realizar alguna acción o conseguir una meta (ir a trabajar, lavar autos, cambiar el pañal al niño, etc). Esta disposición puede ser positiva o negativa, y se ve influida por factores externos e internos.
Los aspectos externos son los que no están bajo nuestro control y son parte de la realidad que nos rodea. Trasladándolo al ámbito laboral, estas situaciones podrían ser: Demora de entrega de información de otras áreas, crisis empresarial, nuestro jefe aprobó nuestro proyecto, etc.
En el ámbito interno, existe esa capacidad de la cual somos los propios dueños y desde dónde podemos motivarnos así el entono sea el menos favorable: La automotivación.
A nivel organizacional, desarrollar conductas favorables para nuestra vida diaria nos permitirá también ejecutarlas en nuestro crecimiento profesional y por supuesto en beneficio de la productividad empresarial.
Entonces ¿Qué es lo que puede hacer una persona para incrementar su nivel de motivación? Para Maella, existen ciertos comportamientos que podrían identificarse claves para la automotivación y la eficacia profesional, aquí los detallamos:
1) Aceptar la realidad y a los demás tal como son: Nuestra automotivación empieza por aceptar expectativas realistas y adecuadas sobre el trabajo, tomando en cuenta lo que es y lo que no es. Si exigimos más de lo que se nos puede dar, vamos a entrar en una fase de decepción, y, por tanto a desmotivar. De lo contrario, si nuestras expectativas son razonables, no nos vamos a frustrar ante la realidad laboral.
2) Conocernos y aceptarnos, con nuestras fortalezas y debilidades: No necesitamos hacerlo todo bien para ser eficaces. El autoconocimiento consta del hecho de ser conscientes de nuestras fortalezas y debilidades, ello nos facilitará ser más efectivos, ya que permitirá saber de antemano nuestras probabilidades de éxito y de situaciones en las que habrá que enfrentarse a dificultades.
3) No quejarnos: Nuestro mundo laboral, al igual que nuestra vida, no es perfecto. A veces nuestros lamentos pueden ser razonables, y en otras ocasiones, no tanto, pero para cualquier caso, quejarnos genera frustración, en la medida que no resuelve nada (el problema persiste), y centra nuestra atención en lo que no podemos hacer que en aquello que sí podemos llevar a cabo para para resolverlo.
4) Ser agradecidos y valorar lo que tenemos: Ser conscientes de lo que tenemos es motivador, y estar agradecidos nos fortalece aún más, sucede lo contrario cuando le ponemos énfasis a lo que nos falta y dejamos que la desmotivación de apodere de nosotros.
5) Adoptar una actitud positiva: Si somos optimistas y pensamos que alcanzaremos las metas establecidas a pesar de los obstáculos, estaremos en una posición más favorable para lograrlas que si nos estacamos en el pesimismo.
6) Establecer retos y metas relevantes: Es el nivel del reto lo que marca el resultado, así como la motivación. La calidad de nuestros desafíos influye en la automotivación, la importancia de nuestras metas influirá en el nivel de motivación que nos proporcionen.
7) Dar el mayor sentido posible a todo lo que hace: ¿Despertar por la mañana para ir a trabajar por dinero o hacerlo por nuestro desarrollo personal y profesional? El propósito de nuestro trabajo no solo depende de lo que hacemos, sino de la finalidad por lo cual lo realizamos y cuan trascendental se vuelve para uno mismo y para nuestras vidas.
8) Ser proactivos en vez de pasivos: El hecho de esperar a que los demás se comporten como a nosotros nos gustaría o que las circunstancias se adapten a nuestras necesidades, nos excluye de la solución a nuestros problemas y otorga el protagonismo a los demás que a nosotros mismos.
9) Poner ilusión y apóyate en la responsabilidad: En lo laboral no todo puede ser alegría y pasión al 100%, también habrán días difíciles dónde las emociones negativas nos embarguen y hagan perder nuestra ilusión. ¿Qué hacer entonces cuando se acaba la ilusión? La responsabilidad se convierte en pieza clave para esforzarnos y cumplir los compromisos y tareas asignadas.
10) Ser tenaces y perseverantes con nuestras metas: Si desistimos antes de enfrentar, conseguiremos desmotivarnos más rápido que si tratamos de conseguir aquello que nos hemos propuesto a pesar de las dificultades y contratiempos. La determinación y la perseverancia en los momentos aciagos son la mejor fórmula de reactivar nuestro ciclo de motivación.
Fuente: Las claves de la Automotivación en el trabajo por Pablo Maella, Colaborador Científico del Departamento de Dirección de Personas en las Organizaciones, IESE Business School – Universidad de Navarra.