En el entorno corporativo, es inevitable encontrarse con un desafío recurrente: el trabajador que, por alguna razón, ha perdido el rumbo, la energía o el enfoque. Su baja productividad no solo afecta sus resultados, sino que genera una efecto negativo en el equipo y en la moral general.
Antes de tomar medidas drásticas, recuerda: la desmotivación suele ser un síntoma, no el problema. La buena noticia es que, en la mayoría de los casos, el compromiso puede recuperarse.
A continuación, presentamos un plan de tres fases para convertir el bajo rendimiento en contribución valiosa.
No asumas que la falta de rendimiento es pereza. Antes de actuar, es clave identificar la raíz del problema.
Este diagnóstico permite actuar de manera efectiva, evitando soluciones superficiales que no resuelven el problema real.
Una vez identificado el origen del bajo rendimiento, el siguiente paso es reconectar al trabajador con su motivación y propósito.
Reactivar el compromiso requiere claridad y constancia.
Cuando entendemos las causas del bajo rendimiento y aplicamos estrategias efectivas, no solo mejoran los resultados, sino también la moral, el compromiso y la satisfacción laboral. Además, líderes y equipos desarrollan herramientas prácticas para mantener la motivación a largo plazo, creando entornos de trabajo más saludables y productivos.
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El Equipo de Bienestar360
Una unidad de People Progress.